miércoles, 18 de mayo de 2016

UN DIA COMO HOY LA REVOLUCUION DE TUPAC AMARU ( JOSE GABRIEL CONDORCANQUI)


Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui) fue un cacique cusqueño de considerable fortuna. Recibió educación en un colegio jesuita y se dedicó al lucrativo transporte de mercancías entre Lima, Cusco y el Alto Perú. Cuando estalló su gran rebelión (1780), estaba casado con Micaela Bastidas y tenía tres hijos (Hipólito, Mariano y Fernando).

El siglo XVIII representó el tiempo de mayor presión económica sobre el campesinado indígena. Se observa en su máxima expresión el sistema del reparto de mercancías, mediante el cual los corregidores obligaban a los indios a comprar bienes a precios muy elevados. El reparto, el tributo indígena y la mita minera oprimían la economía colonial a fin de satisfacer las demandas de la metrópoli.

En este contexto, el recuerdo de la historia y los símbolos del Imperio incaico dentro de la población indígena surgió como modelo de alternativa frente a un sistema económico que las perjudicaba en muchos sentidos.

El 4 de noviembre de 1780, inició su gran levantamiento contra la dominación española, cansado de ver la excesiva explotación que sufrían los indígenas en las mitas mineras, obrajes y repartos mercantiles. También en protesta por las reformas fiscales que implantó el visitador Antonio de Areche (aumento de tributos, alcabalas y aduanas) desde 1778.
El 10 de noviembre de 1780 ejecutó al corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga. Movilizó y armó a miles de voluntarios indígenas y ganó la batalla de Sangarará. Luego lideró tropas rumbo a Puno, para luego regresar e intentar tomar el Cusco. Fracaso en este intento y se replegó hacia Tinta, donde fue derrotado por los realistas en la batalla de Checacupe.

Como consecuencia de las derrotas sufridas ante los realistas, Túpac Amaru II intentó huir, pero fue traicionado y apresado con su esposa, su familia y sus colaboradores.Todos ellos fueron llevados al Cusco para ser juzgados y sentenciados a muerte. Las ejecuciones se llevaron a cabo el 18 de mayo de 1781 en la plaza de Armas del Cusco, tras la muerte de sus familiares Micaela Bastidas subió al tabladillo. Los soldados españoles intentaron ahorcarla en el “garrote” pero al no conseguir su objetivo, la mataron a golpes. A Túpac Amaru II lo llevaron al centro de la plaza, se le cortó la lengua y fue amarrado de brazos y piernas a cuatro caballos que avanzaban en direcciones distintas con el propósito de seccionarlo. Sin embargo la fortaleza física del ilustre caudillo no lo permitió, por lo que finalmente fue decapitado.
El enorme sacrificio de Túpac Amaru II y Micaela Bastidas permitió exaltación del espíritu combativo de los peruanos, manteniéndose aún más vivo el anhelo de redención nacional. Sin duda, fue el punto de partida para 40 años después la independencia de nuestro país y del continente se hagan realidad.
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viernes, 15 de abril de 2016

MONTAÑA DE LOS 7 COLORES - AUSANGATE


La montaña de los 7 colores 
Vincunca es uno de los nuevos destinos turísticos más majestuosos presentes en el camino hacia el nevado AUSANGATE.
Viajeros de todo el mundo aseguran que es un lugar que representa una nueva oportunidad para todo quienes aman los retos y es que "si quieres ver el arcoíris tienes que afrontar la tormenta".

Actualmente La Montaña de Siete Colores ha sido catalogado por la revista National Geographic como uno de los destinos que debes visitar antes de morir.

montaña de siete colores

¿CÓMO LEGAR?

Actualmente la única forma de llegar a la vinicunca es a través de tour operadores quienes salen desde la ciudad Cusco, luego de 3 horas aproximadas, llegan a un pequeño poblado al sur de la ciudad del Cusco, llamado Pitumarca, en este punto se hace una parada para poder comprar productos necesarios como agua, snacks entre otros.

Luego de Pitumarca el siguiente punto a llegar en el pueblo de Ocefina (Chillca), el cuál será el punto de partida para la caminata hacía la montaña de siete colores; 04 horas de caminata ascendete podrán ubicar el pueblo de Machuraccay desde donde por fin podrán descender a las faldas del apu Vinicunca.
Ya en esta parte del camino podrán apreciar las bellezas del valle como pequeñas lagunas, arroyos entre otros, con el pasar de poco tiempo, ustedes podrán apreciar como todo va cambiando, los colores de la Montaña Arco Iris van apareciendo, generando así una imagen muy surrealista de la zona.

Finalmente llegarán a un aprox. de 5033 msnm la cual es la cima de la Montaña de Siete Colores desde donde podrán hacer fotos y videos.


TOUR A LA MONTAÑA DE SIETE COLORES

La excursión inicia muy temprano (a un alrededor de las 03:00 am), siempre se va a recogerlos por sus diferentes hospedajes en la ciudad de Cusco para luego dirigise por 2 ½ hasta llegar al pequeño pueblo de Pitumarca al sur de la ciudad de Cusco, en este lugar es donde se realiza una parada para proveerse de algunas cosas como, aguas minerales o bebidas energizantes, snack, Cereales, etc. Luego de esta corta parada se continua el viaje, durante el trayecto se podrá observar paisajes de multicolores cultivos que se mezclan entre las misteriosas montañas y nevados, animales andinos como la llama, alpaca, ovejas, vicuñas y los profundos valles.

Llegaremos al pintoresco pueblo de Ocefina (Chillca) punto de inicio de nuestra caminata aquí será donde podremos disfrutar de un riquísimo desayuno andino junto a los pobladores del lugar. Luego de nuestro desayuno emprenderemos nuestra caminata por 4 horas montaña arriba hasta llegar al poblado de poblado de Machuraccay y luego descenderemos a las faldas del cerro de Vinicunca donde los pobladores organizaron un pequeño control de acceso a este místico lugar. Continuando la caminata pasaremos por un sendero que poco a poco ira cambiando el panorama entre montañas de colores intensos y pequeños arroyos de agua helada que alimentan y dan vida a este valle, a medida vayamos caminando observaremos cómo los colores de nuestro alrededor irán cambiando por el clima, llegaremos a una altura de 5033 msnm. Cima de la misteriosa montaña de 7 colores (Vinicunca).

Este será el punto donde tendremos tiempo suficiente para poder realizar la toma de fotos, videos, etc. A la vez será el lugar donde disfrutaremos de nuestro refrigerio mientras nuestra vista se deleita con la magia que encierran las montañas tras su velo de nubes y picos nevados, luego de tan exquisita experiencia emprenderemos la caminata de retorno al poblado de chillca donde tendremos nuestro almuerzo, posteriormente retornaremos a Cusco a un alrededor de las 20.00 horas.


Nota: Durante el ascenso tendremos un caballo de respaldo en caso de alguna emergencia ya que el cambio de altura es muy fuerte.














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lunes, 28 de marzo de 2016

El arte popular cusqueño

Uno de los atractivos del recorrido por la región cusqueña es la variedad de artesanías típicas que ofrecen los distintos poblados. La alfarería, los tejidos y otras expresiones artesanales mantienen un conjunto de rasgos característicos –distintos, por ejemplo, de los de la artesanía de Huaraz o de Ayacucho- , al mismo tiempo que ciertos detalles varían de localidad en localidad. La ciudad del Cusco, sobre todo en el pintoresco barrio de San Blas, ofrece una gran variedad de productos artesanales de todo el departamento.
Se aconseja a los viajeros adquirir artesanía en los centros de productores, en tiendas especializadas y en los mercados de abastos, desconfiando de la calidad de lo que ofrecen aisladamente algunos vendedores callejeros. Es importante recordar que no está permitida la comercialización de piezas de arte ni de reliquias históricas, precolombinas o coloniales, por ser delito contra el patrimonio cultural de la nación. Por consiguiente, deben rechazarse las ofertas clandestinas de presuntos objetos artísticos antiguos.

El estilo artesanal cusqueño
La artesanía andina conserva muchas tecinas y formas precolombinas. Tal es el caso de los telares tradicionales, sean verticales, horizontales o de cintura, o de las técnicas del paleteado y del moldeado para la cerámica. Del arte virreinal, en cambio, la artesanía cusqueña ha heredado el ropaje formal y el lenguaje artístico, presentes en sus variadas expresiones, como la imaginería religiosa.
A continuación algunos ejemplos de artesanía cusqueña.     

Textileria
Como ha señalado el investigador científico John Murra, los tejidos eran uno de los objetos más esmeradamente trabajados y más apreciados por los antiguos peruanos. Poseían un valor de cambio para pagar tributos y servicios recibidos y tenían además un valor simbólico y ritual. Finalmente, dependiendo de su calidad, eran objetos que otorgaban status a su propietario. No es casual que hasta el día de hoy las campesinas quechuas de las zonas aledañas al Cusco, sobre todo de las comunidades del Valle Sagrado de los Incas, conserven la tradición de ser diestras productoras de tejidos de una belleza asombrosa.
Confeccionadas con lana de alpaca, llama u oveja, las prendas que tejen las campesinas son variadísimas, desde los chumpis o fajas, hasta los ponchos, pasando por las llicllas (chales), queperinas y unkuñas que usan las mujeres para llevar en la espalda a sus bebés o diversos productos. Lo característico de todas estas prendas son los ornamentos utilizados en el diseño, los así llamados pallaes, que han dado fama a los textiles cusqueños. Estos ornamentos tienen por lo general una rica variedad de motivos zoomorfos y antropomorfos, pero también incluyen presentaciones simbólicas del sol y las estrellas, los fenómenos naturales y los campos de cultivo, al extremo que hay autores que consideran que los tejidos son el libro de la sabiduría andina.
Tejidos elaborados por las campesinas de la comunidad de Pisac, Chinchero, Calca y Lares en el Valle Sagrado, así como de otras poblaciones de la región del Cusco, pueden ser encontrados en las ferias dominicales de Chinchero y Pisac, y en algunas tiendas especializadas de la ciudad. En esta última los precios pueden parecer elevados, pero su calidad garantizada los justifica.

Imaginería
La técnica y el colorido de la imaginaria cusqueña, a diferencia de la textileria, se originan, sin rezago preciso alguno, en la época colonial. La madera, el maguey, el yeso y la tela encolada son los materiales con los que los imagineros cusqueños dieron forma original a vírgenes, santos, cristos, ángeles, niños manuelitos y reyes magos.
San Blas es el barrio que concentra el mayor número de imaginarios. En torno a la plaza y en las calles aledañas se encuentran los talleres de las familias Mendivil, Olave, Mérida y Rojas, que conforman verdaderas dinastías de artistas populares. La de los Mendivil, por ejemplo, se remonta a más de un siglo. El representante más famoso de este clan fue don Nicolás Góngora, que vivió en la centuria pasada y esculpió las imágenes de santos que hasta ahora se veneran en muchas de las iglesias distintas provincias del Cusco. Eran admirados, sobre todo, sus patrones Santiago, por lo que el artista recibía encargos hasta de los departamentos vecinos. Hilario Mendivil y su esposa Georgina Dueñas, por su parte, ganaron renombre internacional en los años setenta y ochenta con sus delicadas imágenes de cuello largo. Ahora son sus hijos quienes continúan la tradición familiar.
Así como los Mendivil, cada imaginero de San Blas tiene su especialidad y estilo característicos. Manuel Olave debe su prestigio a sus niños manuelitos. Santiago Rojas, a las pequeñas figurillas que representan a los bailarines de la fiesta de Paucartambo y a sus máscaras. Edilberto Mérida, a su cerámica expresionista o “grotesca”, como el mismo artista la ha bautizado, y a sus reproducciones de la pintura cusqueña colonial.

Cerámica
La producción alfarera tradicional se ha refugiado en el pueblo de Racchi, a 115 km del Cusco, en la carretera a Sicuani. Utilizando técnicas heredadas de los Incas, como el moldeado en base a cintas, los pobladores del lugar producen tanto cerámica utilitaria que comercializan en las ferias de  la zona, como objetos destinados al mercado turístico, incluidas las famosas salamandras, que son vasijas en forma de botella coronadas por una figura zoomorfa.
Los alfareros de Pisac, a su vez, se especializan en la decoración de la producción de Racchi dentro de la así llamada “línea incaica” que recurre a la policromía y los motivos geométricos tan característicos de la cerámica inca. Otro rubro importante de la artesanía del lugar son las chaquiras, cuentas de cerámica decoradas también con diseños geométricos tradicionales.
En el mismo Cusco destaca la producción de la familia Ruiz Caro, iniciadores de la así llamada “Cerámica Cusqueña”, que se caracteriza por la fabricación de cerámica utilitaria, sobre todo vajilla, que combina un esmaltado de alta calidad con la estilización de los motivos de la cerámica incaica.

Platería
La platería cusqueña combina técnicas y motivos prehispánicos y coloniales. Uno de los objetos más difundidos son los tupus, grandes alfileres ornamentales usados por las campesinas para sujetar sus mantas y que ya eran utilizadas por los Incas. Trabajados no sólo en plata sino también en cobre, los tupus destacan por la rica ornamentación de la cabeza del alfiler con motivos zoomorfos y fitomorfos. Cuchillos ceremoniales o tumis, llamas, vicuñas e idolillos antropomorfos son también objetos característicos de la platería cusqueña que recogen tradiciones prehispánicas.
Entre los artesanos que trabajan en la ciudad con técnicas y temática tradicional destaca Gregorio Cachi, diestro en el uso de técnicas de origen precolombino, como el boceteado de moldes en barro mezclados con pelos de alpaca y cuy, al igual que el repujado y martillado. Prendedores, collares, tupus, anillos y diversos objetos utilitarios son la especialidad de la familia Cachi.
En el rubro de la joyería, tanto de oro como de plata, sobresale la dinastía de los Ormachea, padre e hijos, y Carlos Chaquiras, quienes trabajan preferentemente en el estilo colonial y en el étnico, que se caracteriza por la estilización de motivos de la orfebrería prehispánica.

Cerería y tallado en madera  
La cerería cusqueña es reconocida por la fabricación de velas y cirios decorados, cuya función originaria era cubrir las necesidades del culto, pero que en las últimas décadas son también demandados por los turistas. La familia Moreno, del barrio de San Blas, se dedica a este arte desde hace varias generaciones. Por otro lado, las tiendas especializadas en la venta de velas artesanales, talladas y coloreadas, se concentrar en la calle Meloc, a pocas cuadras de la Plaza de Armas.
Existe también en el Cusco una notable artesanía de talla en madera, aplicada a la fabricación de muebles, marcos, retablos y objetos ornamentales diversos. Utilizando como materia prima el cedro y la caoba, estos artistas realizan su obra en base a motivos como las uvas, jarrones, grecas y muchos otros. Un especialista reconocido por sus pequeños balcones ornamentales, que pueden servir como mostrador o para exhibir imágenes religiosas es Domingo Álvarez, quien tiene su taller en plena plaza del barrio de San Blas.

Los innovadores
Una cerámica muy original que combina técnicas prehispánicas con diseños propios es la que está produciendo Pablo Seminario en su casa taller de Urubamba. Su cerámica utilitaria, así como los botellones escultóricos y los cuadros hechos en base a placas de cerámica, se pueden adquirir en la tienda “La Mamita”, en la plaza mayor de la ciudad.
El diseño inspirado en motivos prehispánicos es también la especialidad de Miki Suzuki, quien expresa su arte sobre todo en chompas, joyería y cerámica. La tienda se llama “Pedazos”, de la calle Plateros donde se vende esta fina producción artesanal.
La fabricación de velas adornadas en base a productos andinos como la coca, la quinua y el maíz y con formas sumamente originales es la especialidad de Cecilia Peralta, heredera, como tantos otros artistas, de una tradición familiar. Su arte se puede apreciar en “La Tienda Taller” del Portal Comercio en la Plaza de Armas.



Talleres y tiendas
Textileria
Tiendas Museo de Josefina Olivares e hijos
            Plateros 334 y Santa Clara 501
            Alpaca 111
                        Plaza Regocijo 202
                        Aeropuerto Velasco Astete (Sala de Embarque)
                        Hotel Libertador (interior), Hotel Monasterio (Interior)
                        Machu Picchu Sanctuary Lodge
Plateros
            Gregorio Cachi
                        Urbanización Ttio U-4
                        Tel. 224052                                      
            Hernán Ormachea
                        Plateros 372
            Carlos Chaquiras
                        Triunfo 375
Imaginería
            Antonio Olave
                        Calle Plazoleta 651
            Agripina Mendivil
                        Plazoleta de San Blas 646
            Juana y Felicia Mendivil. Museo de Hilario Mendivil
                        Plazoleta de San Blas 634
            Francisco Mendivil
                        Calle Plazoleta 619
            Mérida. Tienda
                        Plazoleta San Blas 120-B
                        Taller: Carmen Alto s/n
            Santiago Rojas
                        Suytucato 751
Cerámica
            Ruiz Caro. Taller
                        Calle Coquimbo 1121, Santiago
Tiendas de velas
            Comercial San Carlos
                        Meloc 409
            Cerería San José
                        Meloc 495
            Familia Moreno
                        Taller en Carmen Alto 187
                        Tienda en San Agustín 307, interior 105
Taller en madera
            Domingo Álvarez Corimanya
                        Plazoleta de San Blas 652
Principales artesanos del barrio de San Blas
            Georgina de Mendivil
                        Plazoleta de San Blas 634
            Francisco Mendivil
                        Plazoleta de San Blas 619
            Edilberto Mérida
                        Carmen Alto 133
            Antonio Olave
                        Plazoleta de San Blas 651
            Santiago Rojas

                        Suytucato 751            

Lugares de interés en la ciudad del cusco


Como recorrer la ciudad
El centro histórico del Cusco es pequeño y fácilmente accesible. Sin duda, la mejor manera de conocerlo es recorrerlo a pie. Sin embargo, lo empinado de algunas calles puede convertir una sencilla caminata en una faena extenuante, especialmente si no se está bien adaptado a la altitud. Recomendamos dividir la ciudad en sectores de interés (la Plaza de Armas, el barrio de San Blas, Colcampata, entre otros) y trasladarse en taxi hacia cada uno. Una vez allí, tómese su tiempo, le aseguramos que hallara lugares de gran belleza en cada rincón de la ciudad. El costo de los taxis urbanos es de aprox. S/. 2, subiendo a S/.3 pasadas las 10 de la noche.

Boleto Turístico
Permite la vista a 16 de los más importantes atractivos turísticos del Cusco: Museo histórico regional, Museo Municipal de Arte Contemporáneo, Museo de Arte Popular, Museo De sitio de Qoricancha, además de los poblados y sitios arqueológicos de Tipon, Piquillacta, Chinchero, Ollantaytambo, Pisac, Moray, Sacsayhuaman, Qenko, Puca Pucara y Tambomachay. Cuesta s/.130.00 nuevos soles para extranjeros y para peruanos les vale s/.70.00 soles) y es válido por 10 días. Se adquiere en las oficinas de la Dirección Regional de Turismo (Plaza de Armas), el Instituto Nacional de Cultura (Garcilaso s/n, plaza Regocijo) o en cualquiera de los lugares antes mencionados. Muy recomendable para quienes visitan el Cusco por primera vez.
Existe una versión reducida del Boleto Turístico que cuesta s/.70.00 para extranjeros y s/.40.00 soles para peruanos y les permite la visita de los sitios que conforman el circuito arqueológico urbano (Sacsayhuaman, Qenko, Puca Pucara y Tambomachay).

El cusco, como todas las ciudades de gran afluencia turística, presenta algunos problemas de robos menores (carteras y cámaras fotográficas). Evite exponer demasiado sus equipos y artículos personales. Si recorre en las horas nocturnas (después de la medianoche) cierro lugares, tome sus precauciones. Estos lugares son: el mercado de Santa Ana y la estación de trenes a Machu Picchu (San Pedro); la llegada y salida de los buses al aeropuerto; las vías de acceso a los sitios arqueológicos cercanos al Cusco y, en general, las aglomeraciones de gente. La festividad del Inti Raymi se ha convertido en uno de los eventos predilectos de los carteristas.

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martes, 22 de marzo de 2016

Cómo era la ciudad sagrada del cusco

Cómo era la ciudad sagrada del cusco

Afirman los cronistas que en tiempos de los incas la ciudad se subdividía en doce barrios o conjuntos urbanos que rodeaban la zona central, reservada al palacio del inca, los templos y las sedes de las panacas o clanes de la más alta nobleza. El rio Huatanay y el rio Tullumayu desmarcaban la zona más sagrada. Estos ríos fueron canalizados en tiempos modernos. El antiguo cauce del rio Huatanay lo forman hoy la avenida Saphi, la calle plateros y la avenido Sol; y donde corría el rio Tullumayu están las actuales avenidas Choquechaca y Tullumayu. Según la tradición, la zona enmarcada por estos ríos se dividía en dos sectores. En el Hurin Cusco (“Bajo Cusco”) habrían vivido los clanes  y ayllus de los primeros soberanos. En la zona del Hanan Cusco (“Alto Cusco”), en torno a Sacsayhuaman, habría residido la nobleza inca desde los tiempos de Inca Roca (sexto soberano, que habría gobernado entre 1350 y 1380).
La arquitectura inca se caracteriza por sus cimientos y muros hechos con piedras pulcramente cortadas y pulidas, que encajan exactamente unas con otras sin argamasa. Las construcciones de defensa se basan en piedras de enormes volúmenes. Los muros sueles ser erigidos ligeramente inclinados hacia adentro, a manera de talud, como la pared que se conserva del palacio del sexto monarca, Inca Roca (calle Hatun Rumiyoc), donde se encuentra la famosa piedra de los doce ángulos. Predominan los portales y ventanas de forma trapezoidal, como en el palacio de Kolkampata. También hay construcciones con paredes, ventanas y portadas perfectamente verticales, como la portada del Amarukancha (calle de Loreto), de la época del inca Huayna Cápac (entre 1493 y 1525).
Muchas construcciones coloniales conservan restos incaicos y una función similar a la del edificio original. El templo del Sol, o Qoricancha, fue convertido en el convento e iglesia de Santo Domingo. Aprovechando el Yachaywasi o “centro del saber”, donde recibían instrucción superior de los amautas los hijos de la nobleza, fueron edificados el monasterio e iglesia de las Nazarenas, un noviciado y una de las primeras sedes de la Universidad San Antonio Abad (actual Hotel Monasterio). El templo circular o Sunturwasi se alzaba donde hoy está la iglesia Matriz o del Triunfo. El Acllawasi, o centro de resguardo de las mujeres consagradas al culto solar, pasó a ser el convento de monjas de Santa Catalina.
Es importante mencionar que, salvo muy escasas excepciones – como el templo de Santa Clara y el claustro del convento de San Francisco (muy próximos entre sí, junto a la plazoleta de ese nombre)- , las edificaciones coloniales cusqueñas son posteriores a 1650. Ese año un fuerte terremoto destruyó casi por completo la ciudad virreinal, pero sin afectas sus sólidos cimientos incaicos. La catedral, que se erigiera en 1538, hubo de ser reconstruida luego del terremoto y nuevamente consagrada en 1668. La iglesia del Triunfo, también en la Plaza de Armas de Cusco, tuvo varias reformas después de 1650, habiendo adquirido su forma actual entre 1729 y 1733. A su vez, el santuario de la Sacra Familia o Sagrados Corazones, junto a la Catedral, fue remodelado en 1735.

Los doce barrios del Cusco antiguo

Estos barrios fueron:

  1. Kolkampata, en las laderas de Sacsayhuaman, era el extremo superior del Hanan Cusco (“Alto Cusco”). Actualmente corresponde al barrio de San Cristóbal.
  2. Kantutpata (“altura de las cantutas o clavelinas”), barrio alto que estuvo separado de Kolkampata por el rio Tullumayu (hoy avenida Choquechaca), en el noroeste.
  3. Tokokachi (“cueva de la sal”) es el actual barrio de San Blas, en la zona norte-central, cruzando el rio Tullumayu, donde habrían residido descendientes de etnias que habitaban la región antes de Manco Capac.
  4. Munaysenka (“bello borde del cerro”) es el actual barrio de La Recoleta, en el noreste, cruzando el rio Tullumayu, recostado sobre suaves pendientes.
  5. Rimajpampa (“plaza del oráculo”), en el centro del Hurin Cusco (“Bajo Cusco”), rodeando el Templo del Sol o Qoricancha.
  6. Pumajchupan (“cola del puma”), vértice suroriental de la ciudad, donde se unían los ríos Tullumayu y Huatanay. Allí se ubica actualmente la estación de tren a Puno y Arequipa.
  7. Cayaukachi (“salina que crece”), en la zona sur, donde está la zona hoy llamada Coripata. Estuvo encuadrado por el rio Tullumayu y el camino del Contisuyo.
  8. Chaquillchaca (“puente de las ovas”) en el suroeste, zona de los actuales barrios de Santiago y Belén.
  9. Pijchu (“cumbre del cerro”), al oeste del barrio anterior, en las laderas del monte del mismo nombre, por donde va la línea férrea a Machu Picchu.
  10. Killipata (“lugar del cernícalo”), al noroeste de Pijchu.
  11. Karmenka (“espaldilla”), al noroeste, es el actual barrio de Santa Ana, lindante con Kolkampata al otro lado del rio Huatanay.
  12. Wakapunku (“puerta del santuario”), donde está la casa Astete, limitado por el camino del Chinchaysuyo y el rio Huatanay.
Algunos cronistas añaden a esta lista de barrios otros dos: Pumakurku (“lomo del puma”), zona que otros incluyen dentro de Kantutpata, y Korimach´ajway, detrás del actual cementerio.

EL CUSCO INCAICO

EL CUSCO INCAICO

Surgido en un valle que tiene huellas de poblamiento desde mil años antes de Cristo, el Cusco se transforma en una ciudad cuando se convierte en capital del pujante imperio de los Incas. Ese Qosqo incaico era una ciudad sagrada, de templos y palacios, que según la tradición imitaba la forma de un puma yacente con cabeza de felino, evocando una antigua figura mitológica. La cabeza era la fortaleza de Sacsayhuaman, y el cuerpo del felino, la ciudad que se extendía entre dos ríos, el Saphy y el Tullumayu, que discurren canalizados bajo las calles del mismo nombre. El encuentro de estos ríos, donde actualmente hay una fuente alusiva, era conocido como Pumaqchupan o “la cola del puma”.
Los templos y palacios de la ciudad Puma eran edificaciones de un solo piso, cubiertas con techos de paja a dos aguas a circulares con una inclinación muy acentuada para facilitar el escurrimiento de las aguas de las lluvias. La singularidad de la arquitectura incaica, que asombro a los primeros españoles que entraron en la ciudad y sigue asombrando ahora a sus visitantes, era la calidad del pulido de la piedra y el ensamblaje perfecto de un bloque con otro. En una cultura que no conocía el hierro, esto se lograba gracias a un extraordinario conocimiento del material y a la diestra utilización de herramientas sencillas, como las duras piedras cuarcitas. Con todo, se piensa que la construcción de las obras más representativas de arquitectura incaica debió demandar ingentes cantidades de mano de obra, lo cual solo era dable en una sociedad con un altísimo grado de organización.
Visualmente, el Cusco sagrado destacaba por la sobriedad de sus muros y su característico talud que los hacia más resistentes a los sismos frecuentes en la zona. Estos muros, construidos las más de las veces con andesita y diorita, no siempre presentaban el mismo tipo de aparejo. El rectangular grande lo encontramos en el Qoricancha y el Acllahuasi (actual calle Loreto), y el rectangular pequeño, en el Kusicancha (actual plazoleta de Santo Domingo, frente al Qoricancha). Ambos tipos de aparejo son conocidos también como almohadillado. El irregular geométrico grande, en cambio, es el que apreciamos en la calle Hatun Rumiyoc.
Los elementos dominantes en esta ciudad debieron ser Sacsayhuaman, el Qoricancha y el Sunturhuasi, una torre circular de unos tres o cuatro pisos de altura que al parecer se erguía en la plaza principal, que ocupaba lo que actualmente es la Plaza de Armas, la Plaza Regocijo, las dos manzanas que las separan y la manzana del hotel Cusco.
El patrón de agrupamiento de las viviendas y, en general, las edificaciones era la Kancha, un recinto rectangular rodeado de muros de piedra, comúnmente con un solo acceso, en cuyo interior, distribuidas simétricamente, se alzaban entre dos y ocho construcciones de planta también rectangular y unicelulares. Entre kancha y kancha corrían estrechas callejas, lo que hacía que la ciudad en su conjunto tuviera un trazado ortogonal, constituido por un sistema de calles prácticamente rectilíneas. Una peculiaridad del Cuso incaico, eso sí, era su perfecta adaptación a la topografía del valle y a los occidentes naturales, lo cual hacia que en muchos casos la cuadricula original se deformara y que las callejas se volvieran sinuosas.
Otra característica del Qosqo incaico, que respondía a la cosmovisión de los antiguos cusqueños, era su división en dos mitades, hanan y hurin, la de arriba y la de abajo, cada una de las cuales a su vez se dividía en otras dos, respetando la división territorial del imperio en cuatro partes o suyos: Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. Eran precisamente los caminos que, partiendo de la plaza principal, se dirigían a los cuatro suyos, los que delimitaban las cuatro partes en las que estaba dividida la ciudad.
Un sistema complementario de organización espacial del Cusco incaico era el de los ceques, unas líneas imaginarias que partían del templo del sol en dirección a los cuatro suyos y que estaban jaloneadas por los adoratorios o huacas que había en el Cusco. En cada uno de los sectores de Chinchaysuyo, Antisuyo y Collasuyo había nueve ceques, y en el de Contisuyo, catorce. El número de huacas, según una relación dejada por el cronista Bernabé Cobo, ascendía a 333. Téngase en cuenta que para los incas eran sagrados no sólo templos como el Qoricancha, sino también el lugar de nacimiento de sus gobernantes, así como las reliquias dejadas por éstos. También eran veneradas las piedras grandes, los manantiales o puquios, los ríos y lagunas, así como las cuevas. 
Señalemos, finalmente, para terminar de comprender la singularidad de la capital incaica, que la ciudad sagrada estaba rodeada de terrazas de cultivo que se extendían más allá de los dos ríos que la delimitaban y que actualmente corren, el primero, debajo de las calles Saphy, Plateros y la Avenida Sol, y el segundo debajo de las calles Choquechaca y Tullumayu. Estas áreas de cultivo,  delicadamente tratadas, hacían las veces de un sector de aislamiento del núcleo sagrado, ubicado en el centro de la ciudad.
Los barrios donde residían los sectores populares estaban diseminados alrededor de este cinturón de aislamiento y según la mayoría de cronistas eran doce. Empezando por el de Tokokachi (actual barrio de San Blas), éstos eran: Munaysenka, Rimajpampa, Pumajchupan, Coripata, Cayaukachi, Chaquillchaca, Picchu, Karmenka, Wakapunku, Kolkampata y Kantutpata.
La principal urbe incaica abarcaba también una extensa zona suburbana densamente poblada que se extendía en un radio de hasta cinco kilómetros. En suma, se podría decir, según cálculos realizados por Santiago Agurto, que la capital de los incas abarcaba una extensión de 476 hectáreas, de las cuales 88 correspondían a la ciudad sagrada, 105 a su sector de aislamiento y 283 a los barrios periféricos. El sector suburbano, a su vez, podía tener más de 500 hectáreas de extensión. Tal era la urbe que encontraron los españoles y que despertó la admiración de muchos de ellos, como de Pero Sancho, secretario y escribano general de Francisco Pizarro, quien escribe en su relación para su majestad. “La ciudad del Cusco, por ser la principal de todas cuentas servían de residencia a los señores, es tan grande, tan bella y con tantos edificios, que sería digna de ser vista en España”
Cronistas como fray Antonio de la Calancha (1638), equiparaban la grandeza arquitectónica y la importancia religiosa prehispánica del Cusco, con la prestancia pagana de las antiguas metrópolis de Babilonia y la Roma de los césares.

Por su organización administrativa, que subdividía los barrios según procedencias y especialidades artesanales; por su armonía arquitectónica, sabiamente adecuada a la orografía y las inclemencias atmosféricas; por la eficiente conservación de su medio ambiente y la ingeniosa provisión de recursos naturales para el florecimiento de su economía, el Cusco de los Incas destaca como el modelo más elevado de la admirable organización social que esta civilización desplego en todo el mundo andino. Posee características únicas que aún podemos admirar y que son motivos de interés universal.